viernes, 6 de julio de 2007

Cada media hora...

Son las seis de la mañana.
Regreso a casa sola.
Sola pero acompañada.
Acompañada de mi ira.
Ira que crece en razón directamente proporcional a mi frustración.
Frustración que no termino de asimilar.

Son las seis y media de la mañana.
Acompaño mi molestia con un café.
Café que esta frío y sabe mal.
Mal es el que me hago por tenerle confianza.
Confianza que no termina de desaparecer.

Son las siete de la mañana.
Entro a mi cama con todo y zapatos.
Ya nada importa
Es hora de dormir.

1 comentario:

E.H.D. dijo...

es èsta acaso una historia incompleta?
me huviera gustado saber el principio, el nudo y el final.